Historia



 HISTORIA FUSAGASUGÁ CUNDINAMARCA



Nuestros antepasados fueron los sutagaos, pertenecían a la familia lingüística de los chipchas y se ubicabanv  en la frontera muisca, Los sutagaos fueron los pobladores indígenas de la zona donde hoy se ubica Fusagasugá. Esta cultura no posee un estudio propio en razón a la precariedad de los indiciosarqueológicos, sin embargo, es posible afirmar que pertenecían a la familia lingüística de los chibchas y se ubicaban en la frontera muisca, sirviendo como vínculo para entablar relaciones políticas y comerciales entre los panches, pijaos y muiscas.
Su dominación era fundamental, debido a que podrían crear fisuras del orden territorial establecido por los muiscas, por eso entre 1470 y 1490 (aproximadamente) el cacique de Bogotá emprendió una campaña de dominación contra los sutagaos, la que tuvo cierto éxito, ya que los indígenas comenzaron a practicar relaciones más amables con el poder central Muisca, pero ello no implicó la sumisión completa.


Fusagasugá fue inicialmente un cruce de caminos. Lugar de paso obligado, pues era el único terreno relativamente plano en medio del recio relieve de la vertiente suroccidental delaltiplano Cundiboyacense. Allí tuvo asiento uno de los primeros mercados de las comunidades indígenas que habitaron el centro del país, debido a que confluían muiscas, panches y pijaos. La diversidad de los mercados periódicos, realizados de acuerdo a la ubicación de la luna y las estrellas, fue ejemplo de la heterogeneidad del pueblo que se enraizó en estas tierras. Los sutagaos, o "hijos del sol" como se les ha denominado en alguna ocasión, son una amalgama de culturas, debido a que se les reconoce por los cronistas españoles prácticas catalogadas en la familia chibcha, sin embargo, también son, a veces, confundidos con los caribes. Seguramente, el ubicarse como un tipo de cuña en medio de tan variado panorama étnico les ofreció características que difícilmente pudieron ser homogeneizadas.
Las condiciones en que se desarrollaron los sutagaos favorecieron que su principal sustento estuviera en el comercio, mientras que la agricultura se limitaba a un segundo plano. Por ello, como lo señala Carl Langebaek, desde la zona de Fusagasugá se abastecía a los muiscas de oro proveniente de las tierras de los panches y a cambio éstos últimos recibían sal y mantas. De igual manera, sucedía con los cueros obtenidos, principalmente, por los pijaos y que terminaban, por redes comerciales, en los dominios de los caciques de Bogotá y Tunja, donde las manos de los sutagaos, al parecer, fueron de importancia durante el proceso de intercambio. En lo referente a los productos extraídos de la zona donde se ubicaron los sutagaos, es preciso hacer mención de la miel, la coca y los cueros. Artículos con los que se incrementaba el mercado y se abastecían las necesidades, principalmente, de los muiscas.

Las afirmaciones sobre las prácticas religiosas, sociales y políticas, son bastante básicas y se asemejan a las realizadas fundamentalmente por los muiscas;3 más, si se tiene en cuenta que durante mucho tiempo se han incorporado, por parte de diversos autores, a los sutagaos dentro de la cultura del Imperio Muisca. Sin embargo, dicha familiaridad se pone en duda cuando son los mismos cronistas españoles quienes relataban como años antes de su llegada (1470-1490, aproximadamente) el cacique de Bogotá llamadoSaguanmachica buscaba dominar al cacique de Fusagasugá, hecho que logró parcialmente, pero que nunca consolidó. En cambio, fue precisa la disponibilidad de varias generaciones para lograr mantener el limitado poder que habían alcanzado.
La anterior dificultad para definir a los sutagaos se incrementa todavía más cuando se observan las confusiones de los cronistas para denominarlos, pues algunas veces fueron llamados como fusagasugaes. Además, en los mapas algunas veces aparecía Fusagasugá dentro de los límites del territorio muisca y otras, fuera de él.
A pesar de la precariedad en el proceso de comprensión de los indígenas nativos de Fusagasugá, existen evidencias materiales, tales como la Balsa Muisca, símbolo de El Dorado hallada a solo 9 kilómetros de Fusagasugá, en el vecino municipio de Pasca, y variada orfebrería hallada en las zonas del Chocho, Sardinas y la Aguadita, ubicada en el Museo del Oro de Colombia; y el arte rupestre, diseminado porTibacuy, Pandi y Fusagasugá (en el área donde se ubica el Centro Agrotecnológico de Exposiciones y Comercialización del Sumapaz -Quebrajacho- y el descrito en la obra de Miguel Triana, ubicado en Chinauta, pero que al parecer fue destruido y del que no queda sino sus dibujos).


De la conquista por los españoles al final del XIX



La llegada de los españoles a la región se hizo dentro de un proceso de poblamiento iniciado desde Santa Marta por Pedro Fernández de Lugo, donde Gonzalo Jiménez de Quesada era simplemente un expedicionario sin la capacidad de fundar. Salió este último en 1538 con la misión de informar a Fernández de Lugo sobre tierra firme, pero luego de varios meses de penurias y donde los muiscas les arrojaron al valle de las tristezas (Neiva) se estableció en el altiplano. Meses después llegaron Federmann y Belalcázar y el 27 de abril de 1539 se fundó definitivamente Bogotá.
La conquista necesitaba autofinanciarse, es por eso que poco después se continuó con las expediciones y se salió hacia Tocaima e Ibaquey de allí hacia el sur y occidente del país, quedándose en Bogotá 180 conquistadores aproximadamente, los cuales comenzaron a circular por todo el altiplano y sus estribaciones (esto ocurrió los cinco primeros años después de la fundación de Bogotá). Durante este proceso se produce el primer acercamiento a la dominación de los sutagaos, nombrando encomendero para los indios y procurando fundar una ciudad: Altagracia de Summa-Paz.
Ello obedecía a un intento por tener un punto de avanzada militar y no permitir los ataques de panches y pijaos. Pero estas intenciones no tuvieron éxito, no sólo porque no se pudo fundar la ciudad en cuestión, sino que muchos indios se escaparon haciendo imposible meterlos en un espacio urbano nunca antes conocido por ellos. En este marco y durante cerca de cincuenta años se procuró continuar con estas ideas, y solamente se logró establecer el pueblo de indios en 1592 (entre 5 y 13 de febrero).
Los habitantes de Fusagasugá durante el siglo XVII y la mitad del XVIII, transcurrieron su vida entre el olvido y la miseria, siendo explotados en favor de pagar el tributo establecido por los españoles. El trabajo en las zonas designadas para la agricultura y la ganadería era lo habitual, esperando uno que otro día de fiesta para realizar procesiones dentro del poblado y a algunos sitios cercanos, no sólo para continuar adorando al Dios cristiano, sino de paso recordar los ancestros; además, eran los días precisos para emborracharse con chica yguarapo.
En tanto, Fusagasugá se convirtió en una zona de lo ilegal, debido a que la presencia del Estado y la Iglesia era mínima, motivado a su vez por la pobreza del territorio. Esta situación permitía el albergue de forajidos, favoreciendo la mezcla de indios y blancos, hecho que condujo a la proliferación de mestizos. A esto se sumaba, la provisión desde estas tierras de aguardiente a Santa Fe, puesto que se cultivaba caña o se extraía miel.
Durante el siglo XVIII se produjo un aumento de la población, en razón a las mejoras climáticas y la resistencia (construida) de los cuerpos. Pero en Fusagasugá la población creciente no fue la indígena, sino la mestiza, que continuaba ubicándose, en su mayoría, en la zona rural. En razón al descenso de la población nativa y las complicaciones sociales y políticas de los blancos para vivir en policía, se produjo en 1772 la solicitud de trasladar a los indios y formar pueblo de blancos. Pero la resistencia de los indios en voz del cura doctrinero no se hicieron esperar.
La fortaleza indígena no fue suficiente para hacerle frente a las disposiciones de la nueva casa de monarcas que dominaban el reino español (Borbones), y que tenía entre sus principios agilizar la administración pública y a su vez controlar la tributación, para lo cual se congregó en un mayor número a los indios, dejando sitios despoblados y sobrepoblando otros. Este proceso fue realizado por Francisco Moreno y Escandón, quien llegó a Fusagasugá el 29 de diciembre de 1775, donde observó las condiciones de blancos e indios e hizo que se hicieran informes y padrones de los habitantes de la zona y entre las observaciones más importantes se certificó la ruralización de los blancos.
El proceso llevado a cabo por Moreno y Escandón tendría como conclusiones: el traslado de todos los indios de la zona (Fusagasugá, Tibacuy, Pandi) a Pasca, y se les presenta a los blancos la opción de hacer parroquia o villa, en el antiguo pueblo de indios de Fusagasugá. Para lo último se designó a Ignacio Pérez de la Cadena (vecino y hermano del corregidor de Fusagasugá Pedro Pérez de la Cadena), pero la medida no fue bien recibida entre los indios, quienes se negaron, inicialmente, y establecieron su voz de protesta por medio de memoriales y con el apoyo del cura Francisco de Escobar, pero el alegato de estas dos partes fue nulo ante las disposiciones de la autoridad española. Finalmente se produjo el traslado, pero no todos los indios lo cumplieron, puesto que en el caso de los indios de Tibacuy solamente dos se quedaron en Pasca.
Luego del traslado de los indios para la conformación del pueblo de blancos se elaboró un acta de trazado el 7 de mayo de 1776, en la cual se practicó las medidas a la plaza y siguiendo la orden de Moreno y Escandón para fraccionar las manzanas en cuadrados de 25 varas, dándoseles distintos precios a los solares de acuerdo a su cercanía a la plaza. La erección como parroquia ocurrió en 1785 y el 26 de noviembre de ese mismo año se consagró como imagen protectora a Nuestra Señora de Belén.
El cultivo de quina motivó la adquisición de tierras en la región, primariamente por parte de algunos de los personajes que luego se incluirían en el proceso independentista y posteriormente ciertos comerciantes compraron terrenos baldíos a muy bajo costo en un hecho de riesgo inversionista y que tenía como esperanza sacar provecho de la mejoría en la comercialización quinera, hecho que nunca se produjo. En cambio, se sucedió la apropiación de terrenos ante la inexactitud de las escrituras con las que se entregaron las propiedades, lo cual sentó los precedentes para el latifundio cafetero y por extensión el de los conflictos agrarios en la región del Sumapaz. Hacia 1870 ya existía una estructura latifundista y los propietarios eran comerciantes bogotanos, en su gran mayoría.
Durante la centuria en cuestión las guerras eran una constante y la ubicación intermedia de Fusagasugá servía como refugio de los ejércitos (liberales o conservadoras dependiendo de la guerra), a pesar de que esta zona fue principalmente liberal. Ejemplo de esta situación fue la batalla sucedida en terrenos de la Hacienda de Novillero el 9 de febrero de 1876.

Los cambios, 1880 a 1970

El arribo de todas esas personas que buscaban beneficio económico o espiritual en Fusagasugá produjo que la fisonomía de la urbe cambiará lentamente, luego de un período colonial sin mayores avances en este tema (aún cuando su casco urbano sea el más significativo de toda la región). Esta pequeña aldea comenzó a diferenciarse notablemente de las otras poblaciones de la región, no sólo en sus características demográficas sino en la construcción de un poder que tendrá como resultado el dominio de un territorio más amplio, lo cual, tiene a su vez, implicaciones en lo económico, puesto que este era el núcleo urbano que más artesanado poseía a mediados del siglo XIX.
¿En qué cosas cambia? Principalmente en la construcción de nuevas viviendas, las cuales, aunque son pequeñas casas de tapia y techadas con paja, proporcionan otro paisaje y un mayor uso del suelo urbano, ello crecerá durante todo el siglo XIX y aunque se incrementará principalmente con la llegada del café, es durante todo este siglo cuando se van sentado las bases de un complejo modo de vida.
Fusagasugá sufrió entre 1880 y 1970 los cambios sociales, políticos y económicos más importantes de su historia, los cuales se vieron reflejados, principalmente, en su perímetro urbano, puesto que es él quien concentra y guarda las experiencias vividas por los habitantes del territorio. Dentro de este período existieron dos momentos fundamentales en el desarrollo urbano de la ciudad, los cuales están estrechamente vinculados entre sí.
Entre 1880 y 1940, la región y la ciudad se introdujeron en la economía exportadora gracias a la expansión en la producción, procesamiento y comercialización del café, situación que fue concentrada por Fusagasugá, debido a que era la ciudad de mayor desarrollo urbano en la zona, lo cual tenía su razón en la condición como cruce de caminos que adquirió desde antes de la llegada española, permitiéndole que fuera lugar obligado para los viajeros y comerciantes que deseaban tomar esta ruta, bien fuera hacia Bogotá o el río Magdalena y el sur del país.
La influencia del territorio sobre la ciudad estuvo ejemplificado con la concentración de los poderes políticos y sociales: primero con la ubicación de la cabecera vicarial en Fusagasugá, durante 1885, y posteriormente con la recepción bajo su jurisdicción de un territorio con la creación de la provincia, en 1895, pero este espacio, que es políticamente construido, sólo es una parte de la región del Sumapaz (si por región se entiende un espacio socialmente construido).
Los hacendados y comerciantes se convirtieron en los administradores municipales, desde donde influenciaron el accionar del municipio con sus ideas. El área urbana se vio, entonces, favorecida, inicialmente, en el uso que sus habitantes le daban al suelo, puesto que la importancia que adquirió el camino entre Bogotá y Girardot favoreció la el desarrollo de fincas para temperar y en especial la ubicación de establecimientos comerciales a lo largo de este camino en su paso por la ciudad, de esta forma el espacio urbano era compartido entre el lugar donde residían los fusagasugueños, los veraneantes y los locales para el comercio y los sitios de provecho público. Por otro lado, es durante esta primera etapa cuando se produce el rompimiento de la estructura urbana, la instalación de servicios públicos y la construcción de equipamientos.
En la segunda etapa, 1940-1970, las mejoras materiales esbozadas con anterioridad se consolidaron o en otros casos tomaron alternativas distintas a las del primer momento. De este modo el uso del suelo comenzó a diversificarse, principalmente desde el inicio de la construcción de la carretera Panamericana, a fines de los años 1950, la cual no atravesaba el perímetro urbano, generando que la ciudad necesitara volver a conectarse con ese legado prehispánico (el paso del camino).
Debido a esto, se inició la construcción de la Avenida de Las Palmas (1965) y se buscó fortalecer la urbanización del sur, puesto que de esta forma se podía volver a conectar la vía Bogotá-Girardot; pero mientras esto se llevaba a cabo, en las actividades urbanas el sector de los servicios creció notablemente, hasta el punto de ocupar en 1970 el 37,9% de los establecimientos existentes en la urbe, diversificando considerablemente su economía.
Durante este momento los administradores municipales se hicieron más técnicos, pero ya no pertenecían a la elite cafetera que había contribuido con sus ideas en el inicio de los cambios más importantes en la historia de Fusagasugá, en esta segunda etapa la región no tenía una participación notable en el producto interno bruto del país, puesto que la producción mayoritaria de café se había trasladado a laCordillera Central y las haciendas cafeteras del Sumapaz se empezaron a fraccionar desde la década de 1930 y para el decenio de 1950 el minifundio era lo común en la tenencia de la tierra.
Esto también permitió que la presión que ejercía el latifundio sobre la estructura urbana disminuyera y facilitara la extensión de la ciudad, puesto que la pequeña propiedad se incorporaba fácilmente al proceso de urbanización, haciéndolo inicialmente con el loteo y posteriormente, los propios habitantes efectuarían la edificación, puesto que en la ciudad no existió una urbanización dirigida.

Fusagasugá contemporánea, 1980 en adelante

A partir de la década de 1980 se elevó notoriamente el crecimiento urbano, especialmente hacia el suroeste del área urbana. Se prevé que como consecuencia del mejoramiento de la movilización desde y hacia Bogotá D.C., por la construcción de la doble calzada en la Carretera Panamericana y la prolongación de TransMilenio que agilizaría el paso por Bosa y Soacha, se amplíe el desarrollo urbano, principalmente en tanto ciudad educativa y de vivienda campestre, apetecida por pensionados por su clima agradable y los servicios que ofrece, así como por su cercanía a la capital del país.

Conflictos Agrarios

Un apartado requieren los conflictos agrarios que ocuparon gran parte del siglo XX, ya que además de las transformaciones señaladas, fue un período bastante nutrido en conflictos sociales, los cuales estuvieron fundamentados inicialmente en la tenencia de la tierra, posteriormente fortalecidos por la contienda partidista y la violencia endémica. Durante el siglo XIX el Estado vendió y otorgó tierras baldías sin prever que muchas de ellas ya tenían dueños de hecho, se trataba de mestizos, indios y blancos pobres que el poder colonial no había controlado (los que tenían sus raíces en esta zona, pero también existían muchos colonos originarios de otras regiones).
Las grandes extensiones de las que se apoderaron los inversionistas bogotanos, con la venia del gobierno nacional, implicó que muchos de esos colonos o antiguos propietarios se convirtieran en arrendatarios de los nuevos latifundistas. Además, durante fines del siglo XIX e inicios del XX arribó a la región muchos inmigrantes buscando trabajo, los cuales fueron acogidos en las grandes haciendas (dedicadas a la explotación cafetera) en términos laborales bastante desventajosos.
Estas ambigüedades en la propiedad de la tierra produjeron muchos procesos judiciales, los que fueron en su gran mayoría manipulados por los hacendados  provocando un descontento común entre los trabajadores agrarios. Estos últimos tuvieron desde fines de la década de 1920 un importante apoyo en el abogado Jorge Eliecer Gaitán, quien aprovechando las circunstancias organizó su primer grupo político de cierta trascendencia denominado UNIR. Pero de las prácticas en los juzgados se pasó a la violencia, ocurriendo inicialmente varios asaltos a las haciendas, pero con el paso del tiempo y las políticas fracasadas del gobierno en materia de reforma agraria, esos escasos grupos fueron constituyéndose en guerrillas de mayor presencia militar y territorial.
Estos grupos insurgentes fueron durante la década de 1950 alimentados por la contienda partidista y en la década de los sesenta del mismo siglo por las ideas de origen comunista. A partir de allí y con el fortalecimiento de los grupos guerrilleros FARC de los 70s a los 90s el conflicto en el país fue adquiriendo características de espiral, en la primera década del siglo XXI estos grupos estaban diezmados, especialmente en Cundinamarca y la región central de Colombia.